domingo, 13 de diciembre de 2009

Experimento Imagin-a III: El Otro (parte 2)

El otro en el acto creativo, el otro en la comunicación.
El otro en nuestra vida.
Generalmente consideramos que tener la mente pensando en otro en vez de en uno mismo, es algo en sí negativo, como un boicot a nosotros mismos. La percepción del otro como una limitación, como un opuesto, como una agresión si no está bajo nuestro control, es una percepción neurótica que no contribuye al desarrollo sino al aislamiento y la contención,  evita asumir la responsabilidad del papel que uno juega en la propia experiencia.

Como decíamos en la primera sesión respecto a las emociones, tradicionalmente también se ha venido a considerar la emoción como un comportamiento que debía mantenerse bajo el control de la razón, por debajo de ella. Dejarse llevar por los sentimientos es algo perturbador, peligroso, pecado, una locura, algo que debe pasar pronto en cualquier caso.

Esta excisión razón- sentimientos, como la del yo- otro,  ha formado parte de nuestra cultura dominante, y auque en la actualidad los descubrimientos neurológicos la hayan cuestinado más que nunca, forma parte de nosotros de manera arraigada e incosnciente. Cambiar al otro-limitador por el otro-colaborador no es algo fácil, ni aun entendiendo intelectualemente su necesidad. Es algo que tendríamos que acostumbrarnos a ejercitar todos los días. Por eso, Imagin-a quiere concederle un espacio.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Experimento imagin-a II:. El otro en el proceso creativo o el hedonismo solidario

En imagin-a el objetivo es poner la atención en el proceso creativo. Cuando hablo de proceso creativo no me refiero a las cualidades artísticas que podamos o no tener más o menos desarrolladas. De hecho podemos ser considerados como artistas y estar faltos de creatividad. Porque, ¿QUÉ ES CREATIVIDAD? ¿A qué me refiero con proceso creativo? La creatividad es la capacidad de representar fuera de un@ misma…, pero ¿representar…lo que un@ es?... No, lo que un@ ES no existe, porque ¿qué es un@?, de hecho… ¿un@ es sólo una cosa? No, un@ puede ser muchas y depende de cada situación. No podemos saber lo que un@ es. Por tanto no se trata de lo se es, sino de lo que se desea. La creatividad, CREAR, es la capacidad de representar fuera de ti lo que quieres. Mostrarlo hacia afuera, hacia los demás, ya sea tu pareja, tu amigo, tu grupo de amigos o la sociedad entera. Eso es creatividad, representación del deseo. Puede haber deseos constantes en nuestra vida, y puede haber deseos circunstanciales, efímeros, o intrascendentes. El caso es que, al cabo del día, nuestro ánimo, que es nuestro cuerpo y nuestra mente, siempre nos pasa la factura de los deseos cumplidos. Y si hemos tenido una jornada en la que apenas hemos podido llevar a término lo que queríamos, nos sentimos pusilánimes y tristes. El grado de felicidad que alcancemos va a estar determinado por la calidad o intensidad, más que la cantidad, de nuestros deseos cumplidos.
LA CREATIVIDAD es un proceso esencialmente hedonista, filosóficamente hablando , pues busca el placer. Pero cuidado, no placer narcisista, ni egoísta. El hedonismo busca el placer de uno y el de todos, sin la limitación que marca el cerco individual. El hedonismo requiere del otro, requiere imprescindiblemente la proyección del deseo, y no hay proyección hacia afuera, representación, creación, en un proceso onanista que excluye al otro. El ser egoísta, es en sí, no creativo. Es por este componente hedonista y antiegoísta de la creatividad, que la materialización de todo deseo sólo se entiende con su correspondiente límite, y así lo ha argumentado el psicoanálisis desde Freud. Límites impuestos por nuestros otros deseos, la mejor de las veces, y por los deseos de los demás, por la búsqueda de placer de los demás. De hecho, no hay deseo creado sin sus límites, y aquello que más se desea, para ser capaz de experimentarlo y crearlo en nuestra vida, conlleva los mayores límites también.

Por eso es tan importante hablar del otro al tratar la creatividad, concepto que ha sido injustamente tratado y menospreciado por la tradición artística. Para trabajar la creatividad, indudablemente es necesario despejar, clarificar, identificar, qué es lo que realmente deseamos, pero no sólo se trata de lo que yo deseo, sino también de lo que el otro desea. El proceso requiere entonces identificar también lo que el otro quiere, ya sea de forma constante o de una forma eventual, y luego, por supuesto, conceder prioridades, orden y, en consecuencia, límites a estos deseos. En el proceso creativo, todos nos encontramos en puntos distintos. Hay personas que a lo largo de su día a día, gozan de los recursos suficientes como para proyectar lo que desean sin apenas dificultades, y otras que en cambio se encuentran con muchos obstáculos cotidianos para ello. Por otro lado, hay personas que tienen esencialmente más dificultades para materializar lo que desean, no ya por las circunstancias, sino porque su objetivo requiere procesos más complicados, más complejos, más profundos y prolongados en el tiempo.Me gustaría dedicar esta vez la atención a ese otro que ha sido patriarcalmente y más o menos conscientemente excluido, en base a la creencia cultural de que limita el acto creativo, castrándolo en consecuencia vana y paradójicamente.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Educación en Comunicación audiovisual: Conocimiento del Medio

Hemisferios cerebrales: diferencias y capacidades asociadas

Hemisferio izquierdo:

Procesa a 1-40 bits/s. Utiliza signos: palabras, números... Razona. Analiza. Fragmenta. Procesa secuencialmente: lineal y temporal. Planifica y programa. Mano derecha (y zona derecha del cuerpo)

Hemisferio derecho:

Procesa a 1-50 millones bits/s. Emocional. Musical. Visual. Imaginativo. Artístico. Estético. Intuitivo. Sintético e interpretativo. Atemporal. Holístico. Mano izquierda (y zona izquierda del cuerpo)

sábado, 24 de octubre de 2009

Experimento Imagin-a

La felicidad, el placer, es una emoción, una sensación. Podemos decir que esto o aquello, este o aquel, nos aporta placer, pero ni este o aquel, ni esto o aquello son la materialización de la felicidad, porque felicidad o placer nunca ES si no a través de nosotros, es decir, porque la sentimos.
Hasta no hace mucho se pensaba que las emociones y los sentimientos eran formas del conocimiento humano de segundo orden, inferiores a las capacidades racionales, o intelectuales, y que por tanto, debían estar siempre controladas por estas, bajo el control y la supervisión de la razón, ya que de lo contrario podían resultar temibles, incluso peligrosas. Todo lo que se escapaba a la razón, es decir, a los procesos lineales, deductivos e inductivos, del pensamiento, era infravalorado y se recelaba de él. El pensamiento platónico estableció ese punto de partida en nuestra cultura que ha imperado hasta nuestros días. Y aunque muchos habían defendido el gran poder de lo emocional, y su exaltación, como Nietzsche, no fue hasta la última década de los pasados 80- 90 más o menos que, debido a las posibilidades que ofrecieron nuevas tecnologías audiovisuales como las IRM (Imágenes de Resonancia Magnética) que comenzaron a hacerse descubrimientos científicos espectaculares en esta materia. En la actualidad podemos asegurar científicamente que las emociones o sentimientos, así como cualquier tipo de expresión no racional: la intuición, la creatividad, la imaginación, la interpretación, la empatía, hasta el ritmo, es decir, dejarnos llevar por la música o una imagen, o afectarnos por un relato… forma parte de nuestro pensamiento, de nuestra inteligencia. El mundo sensorial es una forma de conocimiento primordial que posee toda una serie de ventajas respecto al conocimiento racional (aquel que gobierna acciones que requieren calcular, ordenar, proceder metódicamente…), ventajas que estamos desaprovechando, cuando no las atendemos, ni las educamos. Es decir, la energía psíquica de nuestro cerebro se compone de dos naturalezas, de dos maneras de procesar las experiencias completamente distintas, y nuestra forma de concebir el mundo cambia radicalmente cuando una de ellas domina nuestra cultura.
Nuestro cerebro funciona de esta manera, incluso, aunque no queramos, es decir, que cuando veo imágenes, sonidos o palabras que no comparto, aunque mi parte racional no esté de a cuerdo con ellas, sólo por el hecho de verlas, escucharlas (y cuando digo verlas, no sólo me refiero físicamente, sino también en mi mente, en mi IMAGIN- acción), me están afectando, están construyéndome por dentro, están conformando mi pensamiento (que no sólo es intelectual, que no sólo se deja afectar por los procesos lineales), y al afectar a mi pensamiento, están afectando a mi comportamiento, a la manera en la que me desenvuelvo, están construyendo mi vida… sin darnos cuenta.
Por eso, el único camino es dar luz, en vez de discriminar nuestra energía psíquica irracional, se trata de aceptarla, clarificarla, atenderla, canalizarla, cuidarla. Y a esto queremos dedicar el tiempo en Imagin-a.
Esta nueva información sobre el componente emocional de nuestro cerebro y nuestro pensamiento se han descubierto no hace mucho, pero en nuestras mentes, la mayoría de las veces, en la mayoría de nosotros, siguen imperando los valores de la cultura platónica que sobrevalora los procesos racionales y los valores asociados con ellos: es decir, siempre que nuestra vida no está bajo CONTROL (en mayúsculas), siempre que nuestro comportamiento no se guía por procesos lógicos, lineales, tenemos la sensación de estar haciendo algo que no está bien, de ir por mal camino, de hacer lo incorrecto, y de hacer algo que no sirve de nada, nos sentimos inseguros, tenemos MIEDO. La consecuencia es que acabamos frustrando la mitad de lo que en realidad somos, y desaprovechamos un tremendo potencial que posee nuestro pensamiento, para dirigir nuestras vidas de maneras distintas a las acotadas por la lógica racional.
Imagin-a pretende hacer algo para ir derribando estas barreras, para aceptar de manera más completa, todo lo que somos, todo lo que conforma nuestra naturaleza, para que podamos emplearla en nuestro día a día, y así, quizá transformar lo que antes eran callejones sin salida, en una fuente de infinitas posibilidades, para así, en definitiva, vivir mejor.
¿Cuánto tiempo pasamos al día dedicando nuestra energía psíquica a pensamientos de miedo y preocupación? ¿Cuánto espacio de nuestra mente dedicamos a imágenes que nos producen desasosiego? Y estás imágenes nos afectan: nos hacen pensar de una determinada manera, y comportarnos en consonancia. Por eso, y si la respuesta de mayoría de vosotros, como la mía, es que dedicamos a esto la mayor parte del tiempo, algo parece que está desequilibrado, y a menos que realmente esta situación os guste, o deseéis que esto sea así, podemos tratar de intentar a reeducar nuestra mente y nuestro comportamiento.
En Imagin-a vamos a tratar de hacer sencillos ejercicios para conectar con los procesos no racionales, a saber, emocionales, creativos, intuitivos… de nuestro pensamiento. Vamos a dedicar un tiempo y un espacio a esa parte de nosotros tan descuidada, mucho más descuidada que nuestros abdominales… El objetivo: sentirnos mejor, y por supuesto que, si nos sentimos mejor, la manera de comportarnos y nuestras interacciones, nuestras experiencias también cambiarán. Ya me contaréis cómo.