Por Luis M. Álvarez Ignatius
Carrie (1976, Brian De Palma) es un filme basado en una novela de Stephen King, que relata un momento concreto de la vida de Carrie White, el momento en que pasa de niña a mujer: su primera menstruación. Este hecho se produce cuando está duchándose en el gimnasio de su instituto. Carrie se queda en estado de shock cuando comienza a manar la sangre desde dentro de su propio cuerpo, reacción que aprovechan sus compañeras para mofarse, reírse y ridiculizarle. Su profesora de gimnasia, Miss Collins, echa a sus compañeras y trata de calmarla.
Carrie desconoce todo lo referente a la menstruación porque vive con su madre, una mujer cuya existencia gira única y exclusivamente entorno Dios. Ve la realidad desde una óptica distorsionada que le lleva a afirmar que la menstruación no es un proceso fisiológico del cuerpo femenino, sino una maldición divina que sólo afecta a los cuerpos femeninos profanados, los que han cometido el pecado de la carne. Carrie no es una niña corriente, no vive en un ambiente normal, no juega con gente de su edad, no tiene novio, no se arregla, no sale de fiesta los fines de semana, ni al cine ni nada de nada. Este episodio abre los ojos de Carrie que toma consciencia de la mentira en la que vive su madre y que, en realidad, ella no es diferente de los demás, simplemente a vivido alejada de ellos.
Miss Collins, quien ha quedado desagradablemente impresionada por la actitud de las compañeras de Carrie, reafirma la autoestima del patito feo en una breve secuencia en la que, frente a un espejo, le hace mirarse con otros ojos, resalta las partes bonitas de su anatomía y le anima a arreglarse el pelo y cuidar su aspecto físico. Como consecuencia, Carrie, que ha aceptado acudir al baile de fin de graduación, se hace un vestido, se maquilla, se arregla el pelo y aflora un cisne que brillará con luz propia durante la fiesta.
La secuencia escogida para ilustrar la influencia del otro ha sido, precisamente, dos escenas de la secuencia del baile de graduación, concretamente la escena en la que Miss Collins se acerca a la mesa en la que está Carrie con su acompañante, Tommy Ross, quien se ausentará para que ellas puedan charlar con intimidad. En su breve charla, Miss Collins comparte con Carrie como fuera su baile de graduación y le anima a disfrutar del momento, una noche que no olvidará nunca. Se percibe perfectamente la complicidad que hay entre ambas y la buena influencia que la profesora de gimnasia ha ejercido sobre su alumna menos popular. Una vez vuelve Tommy, Miss Collins les deja solos y ambos salen a la pista a bailar, reforzando la idea del sueño que vive Carrie, fruto de la buena influencia de Miss Collins, de sus consejos y de sus ánimos.
El final de la fiesta, de la noche y de la película es otra cuestión, en la que también intervienen otros, aunque de una forma tremendamente negativa.
La propuesta de Luis me parece acertadísima, porque ha escogido una película que muestra especialmente el tema de la neurosis en un personaje temeroso, educado en la desconfianza hacia los demás, aislado, lo que enlaza con el siguiente tema de Imagin-a, pero de ella selecciona justo la parte de la trama en la que esta actitud es bloqueda por la participación de otros agentes (la profesora, la atención que recibe en ese momento del chico que le gusta) haciendo vivir a la protagonista momentos de disfrute y felicidad. :)
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